El Parque Nacional celebra su centenario
Este 2018 se cumplen cien años del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. En 1918, el Rey Alfonso XIII así lo declaró, pues dos años antes el Congreso de Diputados aprobó la primera Ley de Parques Nacionales del mundo. De esta manera, se declararon Parques Nacionales el Parque de Covadonga en Asturias (actual Picos de Europa tras su ampliación) y el Parque Nacional de Ordesa. Esta norma consagraba a los parques como santuarios de naturaleza, un bien nacional que por sus valores paisajísticos y de biodiversidad debía ser preservado, cumpliendo así con el anhelo de los precursores del pirineísmo como el francés Lucien Briet y el Marqués de Villaviciosa, Pedro Pidal.
Así quedaba asegurada la conservación de dos mil hectáreas llenas de vida, con más de 1500 especies vegetales distintas, de las cuales 60 no existen en cualquier otro lugar. En 1977, Ordesa fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, para así seguir protegiendo y defendiendo los paisajes idílicos de agua cristalina, glaciares, cumbres nevadas, valles, cascadas, barrancos y cañones.
En 1982 el parque se amplió hasta su configuración actual, se añadió Monte Perdido, el macizo calcáreo más alto del mundo; Añisclo, con una impresionante garganta de 21 km; Pineta, con altas cumbres y un glaciar, y Escuaín, donde las altas montañas guardan un mundo subterráneo de cavidades, cuevas, simas y ríos sumergidos. De esta manera pasó a ser el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, actualmente el segundo lugar más visitado de Aragón, por detrás del Pilar.
Ordesa y Monte Perdido se ha convertido en un lugar que se preocupa por la conservación y permanente mejora del medio natural, la variedad geológica, faunística y del paisaje, la cultura y las tradiciones que hacen sentir la magia de la naturaleza a todos aquellos que la visiten en pleno corazón del Pirineo Aragonés.